Mi montaña rusa

Estándar

 

Cuando empiezas algo nuevo, o estás en proceso de hacerlo,ya sea por iniciativa propia o porque las circunstancias te llevan a ello;se abren miles de posibilidades y se despiertan millones de ideas, con la consiguiente necesidad de sentarse, libreta y boli en mano, para poner en orden este batiburrillo.

caminos

Sabes la teoría, y de hecho la promulgas cuando te toca como docente: hay que organizarse, establecer metas realistas y un orden de prioridades…lo que viene siendo gestionar tu tiempo; pero en los primeros momentos que vives todas estas novedades en tus propias carnes, la experiencia o profesión no te libran de cierto descontrol y del olvido de todas esas ideas buenas que sabes que ayudan a centrarte y a orientar tu motivación a aquello que persigues.

Y es así como yo veo el periodo de cambio, te cuesta desligarte de lo que llevas haciendo años , aunque sabes que es el momento, y te cuesta centrarte en lo nuevo, a pesar de que estás deseando hacerlo. Es un periodo en el que conviven tu pasado y tu futuro, lo que no deja de ser complicado ya que estás en tu presente.

mariposa

Hay momentos del día en los que te invaden el miedo a lo desconocido, vas a hacer cosas nuevas, vas a tener que poner en marcha recursos propios que tenías adormecidos o infrautilizados o que ni siquiera sabías que tenías. Sale a relucir el tema, tan nombrado de la zona de confort;por la supervivencia de la especie, nos cuesta dejar algo que nos da cierta tranquilidad y comodidad para lanzarnos a algo que no sabemos cómo nos va a resultar. Con los tiempos que corren lo veo de lo más humano, la gente que nos quiere nos va a decir, “ahora ni te muevas, aguanta que las cosas están muy malas”.

Este reto supone pararse y pensar hacia dónde queremos ir y quienes queremos ser, implica un trabajo no sólo hacia afuera sino sobre todo hacia dentro, tomar el tiempo necesario para reflexionar , para cuidarnos y querernos porque lanzarse a los nuevos proyectos puede ser agridulce, la parte “agri” implica ser conscientes de que puede que para lanzar el vuelo tengamos que llamar a muchas puertas, y debemos aceptar esta parte con calma y sin que ello mine nuestra autoestima porque forma parte del proceso y debemos entenderla como tal,”Roma no se construyó en dos días”.

light-bulb-376926_640

La parte “dulce” no es difícil de imaginar: tienes la oportunidad de empezar desde cero, descubrir aquello que te mueve y te ilusiona,  conocer gente nueva, saber hasta donde puedes y quieres llegar… porque cada día te aporta algo o te pone en situación de tener que aprender. Es como si hasta ahora hubieras observado desde la barrera como personas ponen en marcha ideas que han pasado por tu cabeza pero no te has permitido realizar, lo que resulta muy liberador.

Para los días en que mi montaña rusa me despierta más temprano de lo esperado decido empezar la mañana repitiéndome o leyendo esas buenas ideas que me ayudan a centrarme en el aquí y el ahora:

  • No olvides las cosas que te ayudan y dedícales un rato (en mi caso, desayunar tranquila, salir a correr o pasear, pintar con mis ceras de colores, estar con mi gente…).

  • Tómate tu tiempo para organizarte,planifica lo que vas a hacer durante la semana permitiéndote ser flexible.

  • Esto no es una competición, ve a tu ritmo sea el que sea.

  • Disfruta de cada paso del proceso y acepta que habrán días buenos y otros no tan buenos.

  • Persevera.

  • No te compares con los demás el reto es con un@ mism@.

  • Permítete experimentar.

  • Se fiel a ti mism@.

Que cada uno tenga su lista porque no todos necesitamos los mismos ingredientes y use la receta cada vez que el cuerpo o la mente lo requieran,porque no por correr más se llega más temprano.

Y en esas estamos…viviendo el momento y experimentando, lanzada fuera de la zona de confort (si es que se la podía llamar así) y construyendo el camino que quiero seguir.

¿y tú en que momento estás?